No soy yo, son mis hormonas

 

✔️ ¿Qué son las hormonas?

✔️ Signos y síntomas del desbalance hormonal

✔️ ¿Qué hormonas tienen mayor impacto para poder adelgazar?

✔️ Recomendaciones

 

1. ¿Qué son las hormonas?


Seguramente has escuchado hablar de las hormonas y para qué sirven, aun si es de manera vaga. “Testosterona”, “estrógeno”, “insulina”, son palabras que todos conocemos y tenemos una idea general de su importancia.

Pero en realidad, las hormonas tienen un peso muy importante en nuestras vidas, ya que se ven involucradas en todos los procesos que realiza nuestro cuerpo y un ligero desbalance en las cantidades que secretamos puede provocar grandes cambios en nuestro organismo

Las hormonas son mensajeros químicos que le dan la orden al cuerpo de hacer ciertas funciones. Se producen en las glándulas endocrinas y los órganos sexuales, y desde ahí viajan por el torrente sanguíneo para enviar las señales a todo el cuerpo, por lo que tienen un impacto en todo lo que hacemos: cómo funciona nuestro metabolismo, nuestro sueño, procesos de crecimiento y reproducción, cómo se desintoxica nuestro organismo, etc.

Las hormonas trabajan en conjunto: si una está desequilibrada, todas las demás se ven afectadas. Por lo tanto, cosas que pueden parecer intrascendentes, como nuestro estado de ánimo, tienen consecuencias en todos nuestros sistemas, tanto para bien como para mal.


2. Signos y síntomas del desbalance hormonal

Al ser las hormonas tan sensibles a los cambios, los desórdenes hormonales son más comunes de lo que parece: el 85% de las mujeres presentan algún tipo de desbalance.

Probablemente tú sufras o hayas sufrido de inflamación, períodos irregulares o muy dolorosos, dificultad para bajar de peso; estos padecimientos, que no nos resultan alarmantes porque los hemos normalizado, tienen origen en un desorden hormonal. Y aunque nos hayamos acostumbrado a vivir con ellos, no tendríamos por qué hacerlo si le prestamos atención a nuestro ambiente hormonal y cómo mejorarlo.

Los siguientes son los síntomas más comunes que te pueden indicar que tienes un desbalance hormonal. Si identificas que padeces tres o más síntomas de esta lista, debe haber algún desbalance en tus hormonas.

  • Acné

  • Acumulación de grasa en el abdomen

  • Baja libido

  • Caída de pelo

  • Cambios de humor constantes

  • Colesterol alto

  • Dificultad para despertar en la mañana

  • Dificultad para adelgazar

  • Hinchazón en rostro y ojos

  • Insomnio

  • Mala circulación sanguínea

  • Pelo, piel y uñas secas

  • Problemas digestivos

  • Retención de líquidos

  • Somnolencia después de comer

Como ves, solemos no prestarles atención y los dejamos pasar como si nada, pero aunque en un principio no puedan parecer graves, pueden tener consecuencias a largo plazo que nos afecten seriamente.

Hay muchas cosas más de las que podemos hablar relacionadas con las hormonas, dado el papel tan esencial que juegan dentro de nuestra salud. Por ejemplo, si alguna vez has intentado adelgazar, pero por más que comes saludable, haces ejercicio, etc., y aun así no lo logras, seguramente se debe a que hay un desbalance hormonal. Hay seis hormonas principales que se relacionan con este problema, y a continuación hablaremos de cuáles son, qué funciones cumplen y cómo pueden impactar la pérdida de grasa.


3. ¿Qué hormonas tienen mayor impacto para poder adelgazar?

Las hormonas juegan un papel importante en tu salud metabólica.

Comencemos con la insulina, esta es la hormona secretada por el páncreas, y tiene la función de transportar la glucosa a las células del cuerpo para que sea utilizada como energía.

La glucosa es el primer combustible que utilizan todos los tejidos de tu cuerpo. Si no utilizas toda esa energía que obtienes de los carbohidratos consumidos, la insulina le dirá a tu cuerpo que los almacene como grasa porque hay que sacarlos de la sangre. Como consecuencia de esto, engordarás inevitablemente. (Ver el artículo “Cómo afecta la insulina al sobrepeso y a la salud”)

Cuando consumimos con mucha frecuencia carbohidratos vamos a necesitar grandes cantidades de insulina con la misma frecuencia. Con el paso del tiempo muy probablemente llegaremos a tener almacenada más glucosa en nuestras células y circulando en la sangre que la que podamos gastar en nuestras actividades. Esto ocasionará que nos provoquemos la muy temida resistencia a la insulina ya que por más que nuestro páncreas secrete insulina, nuestras células no harán caso de ella, no abrirán su puerta porque estarán repletas, llenas, rebosantes y no podrán recibir más glucosa. En este caso, la insulina tratará de llevarla a los músculos y al hígado, pero cuando ya no cabe, ésta será almacenada en el tejido graso. Es por esto que a la insulina también se le conoce como hormona almacenadora de grasa.

Nuestro cuerpo está programado para hacer dos cosas: almacenar o quemar, si nuestro cuerpo está en modo almacenamiento, porque tienen la insulina alta, entonces NO va a poder quemar grasa. Las personas que no pueden adelgazar muy probablemente tienen resistencia a la insulina o algún síndrome metabólico como diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, alzhéimer, colesterol alto, etc.

El cortisol va de la mano con la insulina, ésta hormona es producida en las glándulas adrenales las cuales se encuentran arriba de los riñones y es la hormona que se secreta cuando estamos en un estado de alerta o ataque. (Ver artículo “Los estragos de estrés)

El cuerpo reconoce la amenaza que genera el estrés, que puede ser real o de percepción, y se prepara para la acción: atacar o correr. En este momento se libera el cortisol. Como respuesta del estrés la concentración de glucosa en sangre sube y la presión arterial se eleva, las pupilas se dilatan, la digestión, el sistema inmunológico y la libido bajan. Es en este momento donde el cuerpo no quema grasa porque hay que reservarla para huir o atacar.

El estrés fisiológico o psicológico de tipo crónico es el que genera problemas en el cuerpo, y ya que una de las funciones del cortisol es subir la glucosa en sangre, al ocurrir esto aumenta también la insulina. Como consecuencia, se puede generar resistencia a la insulina y sus consabidos efectos.

Si el cuerpo está muy estresado va a bajar la función tiroidea. Si la tiroides la tenemos baja vamos a tener más problemas para adelgazar.

La glándula tiroides produce la hormona tiroidea. Cuando la producción de esta hormona es baja se le conoce como hipotiroidismo y esta puede ser causada por el uso de anticonceptivos, por exceso de estrógenos, por estrés o por falta de nutrientes. Si la tiroides está lenta el metabolismo se hace lento: latidos del corazón, respiración, cómo producimos neurotransmisores, cómo construimos músculo, cómo quemamos grasa. Entonces si tenemos hipotiroidismo no vamos a poder quemar grasa. El hipotiroidismo puede causar la resistencia a la insulina y viceversa. ¿Ves cómo todo está conectado?

Ahora, dos hormonas que también son importantes leptina y la grelina, que controlan la saciedad y el hambre, respectivamente. Al haber un desequilibrio en ellas, el cuerpo no se siente satisfecho y tiene hambre todo el día, lo que implica comer más y por lo tanto subir de peso más fácilmente.

La primera se produce en la grasa y nos da la señal de saciedad. De manera similar a la resistencia a la insulina, podemos desarrollar una resistencia a la leptina cuando nuestros índices de grasa corporal son demasiado altos y mi organismo deja de “escuchar” esta señal.

La grelina nos hace saber que tenemos hambre, como cuando nos ruge el estómago. Sin embargo, algo que ocurre comúnmente al bajar de peso es que aumenta la grelina y uno empieza a tener más hambre, creando un círculo vicioso difícil de romper.

La mejor manera de cuidar el balance de estas hormonas es procurar alimentarnos favoreciendo las fuentes de proteína y las grasas saludables, ya que además de todos los beneficios de una dieta equilibrada que ya hemos mencionado este tipo de alimentos te mantendrán satisfecha por más tiempo. Por lo tanto, lo recomendable es consumirlos en todas las comidas. (Ver artículo “Adelgaza saludablemente)

Por último, el estrógeno es una de las hormonas sexuales producida en los ovarios, junto con la progesterona. Esta última se produce al momento de ovular, pero si por alguna razón el organismo no lo está haciendo (síndrome del ovario poliquístico, menopausia, tiroides baja, resistencia a la insulina, etc) y no produce la suficiente progesterona, los niveles de estrógeno aumentan, creando un desequilibrio entre ambas.

Los principales síntomas que indican niveles altos de estrógeno son dolor y sensibilidad en los pechos, irritabilidad, períodos menstruales irregulares, bochornos, y otras complicaciones en la zona reproductiva. Además de esto, el organismo empieza a almacenar grasa en piernas, abdomen bajo y caderas.

Sin embargo, otra causa de estos niveles altos de estrógeno es que nuestro cuerpo no lo elimine de manera adecuada, debido a la falta de ejercicio, estreñimiento, deficiencia genética, etc. La consecuencia de estos niveles es que la tiroides empieza a trabajar más lentamente, y como ya vimos anteriormente, el hipotiroidismo hace mucho más difícil quemar grasa.

Ahora, ya quedó claro que muchas veces bajar de peso y grasa corporal no siempre es tan sencillo como solo comer verduras y hacer ejercicio: tenemos que tomar en cuenta este sistema de hormonas que trabajan a la par, y cuidar su equilibrio para que todo en nuestro cuerpo marche bien. Para esto, te damos unas recomendaciones generales, aunque recuerda que lo mejor siempre es consultar a un médico especialista ante cualquier sospecha de un desbalance hormonal.


4. Recomendaciones

Para arreglar el desbalance hormonal hay que llevar a cabo varias acciones.

Recuerda que ante cualquier sospecha de desbalance hormonal consulta a un profesional de la salud especializado, sin embargo las siguientes son acciones que puedes integrar a tus hábitos para empezar a contrarrestar ese desbalance:

  1. Empieza con la Insulina, revertir la resistencia a la insulina es el primer paso que ayudará en cascada a regular otras hormonas.

  2. Lleva una alimentación antiinflamatoria basada en comida real, con proteína animal de buena calidad y mucha fibra. (Ver artículo “Alimentación antiinflamatoria)

  3. Sigue una dieta baja en carbohidratos y no los comas solos, acompáñalos con grasa y/o proteína.

  4. Haz ayuno de 14 a 16 horas.

  5. Practica el ejercicio HIIT (High Intensity Interval Training) o entrenamiento en intervalos de alta intensidad combinado con ejercicios de peso y resistencia.

  6. Elimina y reduce las toxinas del cuerpo: evitar el estreñimiento.

  7. Duerme y descansa.

  8. Reduce el estrés

  9. Gestiona tus emociones.

  10. Desarrolla buenos hábitos para que sea un estilo de vida.


El impacto de las hormonas en nuestra vida es muy importante. Cada cuerpo es diferente, conociendo cómo funciona el tuyo encontrarás lo que necesita.
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